miércoles, 8 de junio de 2011

Cuando los marcianos llegaron Quito

Sucedió  la noche del 12 de febrero del 49. Entonces, las familias se reunían en torno a la radio para escuchar los programas noticiosos, musicales y los radioteatros que se transmitían en vivo desde Radio Quito, emisora que funcionaba en el mismo edificio del Diario El Comercio, en la esquina de las calles Chile y Benalcazar.

Se trato de una adaptación al ambiente quiteño de la novela del ingles George Wells: “La Guerra de los Mundos”. El realismo de los actores confundió a muchos de los radioescuchas que no se dieron cuenta de que se trataba de una dramatización. Basto con escuchar que una flota de platillos sobrevolaba Cotocollao, mientras otros habían desembarcado en el sur acabando con los terrícolas capitalinos mediante gases asfixiantes. Pocos se quedaron en sus casas para escuchar la totalidad de la transmisión donde se evidenciaba que se trataba de una dramatización.

La mayoría salio a las calles donde los rezos se fundían con gritos histéricos y el silencio pasmado de quienes no atinaban que hacer.
Ante tamaño alboroto, los locutores ratificaron que se trataba de un radioteatro; pero una multitud enardecida se dirigió a la radioemisora decidida a cobrarse aquello que calificaron de una broma imperdonable.

Cercaron el edificio forzaron las puertas de acceso, improvisaron teas con papel y trapos empapados en gasolina y las llamas se propagaron.
Cincuenta personas se encontraban al interior preparando la edición dominical del periódico que también funcionaba ahí.
La mayoría salvo alcanzando una terraza de la segunda planta, desde donde bajaron apoyándose sobre los ladrillos salientes de una pared inconclusa, colindante con un solar vacío.

Unos pocos se encontraban en el cuarto piso se lanzaron sufriendo heridas graves.
Otros, por temor al vértigo regresaron al interior y murieron calcinados.
El incendio logro apagarse  dos días mas tarde dejando la edificación en ruinas y seis personas inmoladas por la ferocidad del fuego.

 

Narración: Carlos Bonilla Chávez, testigo presencial de los hechos


No hay comentarios:

Publicar un comentario